EL APRENDIZAJE BASADO EN LA RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS
El
Aprendizaje Basado en la Resolución de Problemas (ABP) es
una metodología que utilizan los centros educativos que dan un giro al clásico
proceso de aprendizaje de las aulas: con ella se plantea a los escolares un
problema o una situación que debe resolverse, y para ello necesitan recabar la
mayor cantidad de información posible para dar con la respuesta correcta.
Dentro de este contexto, la
metodología ABP fomenta el trabajo en equipo y los alumnos trabajan de manera
cooperativa para que juntos alcancen el objetivo final. Es habitual, además,
que los docentes se conviertan en guías y planteen a los estudiantes una serie
de retos que, si son superados con éxito, les son útiles para su fin. Junto a
la capacidad para resolver problemas, el ABP potencia habilidades y destrezas claves
para la vida adulta como la toma de decisiones y una mejor capacidad de
investigación y de comunicación.
¿Qué
pasos hay que dar para llevar a cabo una implantación con éxito?
1.
Planificación
Definir los objetivos y las
competencias que deben adquirir los alumnos, elegir el problema de la vida real
en el que basarse para llevarlo a cabo y establecer el tiempo de entrega y los
criterios de evaluación.
2.
Organización de los grupos
El siguiente paso consiste
en dividir a los alumnos en equipos de 5 a 8 personas, asignando los papeles de
moderador y secretario a dos de los integrantes del grupo.
3.
Presentación del problema y aclaración de términos
El docente plantea el
problema a los alumnos y resuelve cualquier duda que puedan tener. Además, les
indica el tiempo de entrega y los criterios de evaluación.
4.
Definición del problema
Los equipos dialogan para
identificar el problema, mientras el profesor adquiere el rol de tutor o guía.
5.
Lluvia de ideas
Cada alumno expone sus
conocimientos sobre el caso, anotando y respetando todas las ideas para su
posterior evaluación.
6.
Planteamiento de respuestas e hipótesis
Una vez estructurado el
problema, los estudiantes deben exponer los conocimientos adquiridos en clase,
relacionar ideas y plantear posibles respuestas, dando su opinión de forma
ordenada. En este punto, el docente debe cuestionar las propuestas para que sus
alumnos puedan descartar las hipótesis fallidas.
7.
Formulación de los objetivos de aprendizaje
Durante este diálogo irán
surgiendo conceptos y dilemas que los alumnos serán incapaces de resolver. Es
en este momento cuando deben formularse los objetivos de aprendizaje y definir
las estrategias. El profesor, en todo momento, debe mantener su papel de guía y
animarles a ser creativos.
8.
Investigación
A través de libros,
revistas, diarios, páginas de Internet, entrevistas a expertos, experimentos o
la realización de estudios de campo y maquetas, los alumnos adquirirán los
datos y conocimientos necesarios para afrontar el problema.
9.
Síntesis y presentación
Ponen en común la
información recopilada, la sintetizan y desarrollan una respuesta al problema
en el formato que consideren más adecuado. Después, se presenta la solución
ante el resto de la clase.
10.
Evaluación y autoevaluación
El docente evaluará el
trabajo de los alumnos y les animará a evaluarse tanto a ellos mismos como a
sus compañeros, lo que les ayudará a desarrollar un espíritu de autocrítica.
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